Palabras de amor para nadie

Tengo derecho a escribir
un poema de amor para nadie,
para ese amor que no llega,
para ese amor que no está.

Tengo derecho a soñar despierta,
a extrañar lo que no tengo,
lo que no he tenido jamás,
lo que no sé extrañar...

Tengo derecho a desear
la carencia del miedo,
el abandono total,
la seguridad de un abrazo real.

Tengo derecho a todo esto,
y quizás a mucho más,
pero no encuentro las palabras,
no sé dónde están.

Y quisiera escribir las palabras
más dulces y sentidas
que haya escrito jamás,
pero nadie las ha hecho aflorar.

Porque mis manos están ajadas,
de tanto construir castillos en el aire,
y mis pies están cansados
de tanto caminar y buscar.

Y el pozo de mi alma se seca
de palabras dulces y buenas,
y sólo quedan los dolores del ayer,
y sólo queda la sangre derramada.

Y sólo queda la oscuridad,
y sólo quedan los cadáveres,
y sólo quedan las ruinas,
y sólo quedan palabras desoladas.

Y aunque tenga el derecho a escribir,
palabras de amor para nadie,
sólo encuentro la fuerza para suspirar
que aún queda camino por andar...

Todo y nada

Sin quererlo yo,
te cuelas en mis poros.
Sin saberlo tú,
te metes en mi piel.
Sin quererlo yo,
agotas mis excusas.
Sin saberlo tú,
derribas mis defensas.
Quizás todo es un juego,
quizás es que ya todo es
medio en broma, medio en serio.
Quizás es que contigo
lo tengo todo sin tenerlo,
es un sueño, en que despierta, sólo sueño...

Tormenta

Como un torrente se agita,
turbulento, pecaminoso,
peligrosamente violento.

Ahí donde se extingue el aliento,
en un grito ahogado,
ahí donde hierve la sangre.

Con el sabor del salado sudor,
con el sabor de lo clandestino,
tienta el fruto prohibido.

Me aferro a mi telaraña,
cayendo en mi propia trampa,
con una amplia sonrisa...

Sólo es un juego,
no importa mientras sea sólo un juego,
no importa mientras no seas real...

Incomodidad

De nuevo ataca esta sensación
de incomodidad dentro de mi piel,
como si no estuviera hecha a medida,
como si de pronto se hiciera pequeña,
y algo -no sé qué- quisiera salir de ella...
Y entonces se revuelve el estómago
con un hambre infinita
que la comida no puede resolver,
y se seca mi garganta
con sed de imposibles,
y se corta mi aliento
esperando algo que no sé...
Como una llama ardiendo en la nada,
como un grito en las entrañas sin voz,
como una realidad de ficción,
como un dolor para recordarme que existe,
que hay algo donde no hay nada,
que hay sueños sin ser soñados,
que hay versos sin poesía...
Y me pierdo en un desierto sin fin,
donde no distingo espejismo de realidad,
donde estiro mi mano para asir pesadillas,
y no tengo escapatoria de mi misma...
Y esta sensación incómoda me acosa,
atenta contra mi descanso,
contra mi paz mental,
mi locura y mi muerte en vida...
Seguro que ni alien era tan molesto...

Contradicciones en mí

No sé cuándo pasó,
no sé si fue un golpe mortal,
o la suma de muchos de ellos,
no sé si no hay arreglo
y estoy condenada
a la contradicción...
Sonrío, encantadora,
sueño una vida mejor,
una oportunidad...
Pero huyo apenas intuyo
que podría haber alguna,
y mantengo mis sentimientos
en las sombras,
famélicos, agonizantes...
Mis manos se estiran
en una muda súplica,
mientras mis pies se alejan
de cualquier ayuda posible...
Y dicen que una acción
vale más que mil palabras,
pero entonces digo dos mil
y nadie entiende nada...
Ni siquiera yo...
Y es que a lo mejor estoy dañada,
me quebré y no funciono más,
no tengo arreglo,
tengo contradicciones en mí...

Esa que no soy yo

Esa que no soy yo
se desvanece en la niebla
de una mañana sin sol,
como si no existiera,
porque nunca fue...

Esa que no soy yo
huye de las sombras,
convirtiéndose en una de ellas,
guarecida en un castillo de naipes,
custodiada por el silencio...

Esa que no soy yo
muere sin dejar rastro,
sólo unas gotas de sangre inocuas,
sólo un suspiro que nadie oyó,
sólo un deseo insatisfecho...

Esa que no soy yo
se encoge de hombros,
y ya no tiene sueños,
y ya no tiene sueño,
y ya no tiene nada...

Esa que no soy yo
no conserva las marcas,
no conserva el dolor,
no conserva el placer,
no conserva su alma...

Esa que no soy yo
se vuelve arena en el viento,
prometiendo que volverá,
que se pegará en mi cuerpo,
que me volverá arena en el viento...

Esa que no soy yo
me recuerda a mí misma,
en otro tiempo y lugar,
en el que no he estado jamás,
y al que no sé llegar...

Esa que no soy yo
te ofrece manos vacías,
te ofrece todo y nada,
y no entiende lo obvio,
ni creo que quiera entender...

Esa que no soy yo
se va y me deja sola,
como si no importara,
y se lleva con ella
la mitad que sí soy yo...

Insomnio

El insomnio me embarga,
quisiera dormir y no puedo,
y no quiero...
Veo una película en la tv,
espero que se descargue un juego
que me mantendrá ocupada
las próximas semanas,
pienso en el trabajo por hacer,
pero no quiero levantarme,
ni perder el control remoto...
Me encuentro en un
estado de vigilia forzado
y auto-impuesto,
porque requiere más esfuerzo
levantarme e ir a mi cama
y perder horas de mi día
en un sueño sin noche...
Me embarga el insomnio,
y no estoy muy segura del porqué,
y debería dormir
para estar despierta esta noche,
pero no sé... divago...
Es el insomnio el que habla,
no me hagan caso...
Quiero decir tantas cosas,
pero aún privada de sueño
sé que hay cosas
que no conviene decir...
Es el insomnio el que calla,
no me hagan caso...