
Hay veces en que quisiera
no tener que pronunciar palabra,
que me agota abrir mi boca
y decir todas esas cosas obvias,
tener que explicar
lo que debiera estar claro,
tener que repetir
lo que he dicho mil veces...
Hay veces que quisiera
no tener tantos versos,
olvidar la poesía en mi alma,
esa que clama por salir
y plasmarse en forma de letras,
formas, figuras, versos, estrofas,
que abandonara la lucha
por tomar una forma física...
Hay veces que quisiera
que mi voz fuera innecesaria,
que alguien supiera cómo leer
el brillo de mis ojos,
el ritmo de mi pecho,
lo intangible de mi alma,
sin exigirme que me canse explicando
lo que no entenderá de otra manera...