lunes, 9 de enero de 2012

Si yo no fuera yo, pero lo soy



A veces me canso de ser yo,
y es que las cosas
serían tan simples
si yo no fuera yo.
Si pensara menos,
si sintiera menos,
si supiera menos,
si valiera menos...
Si me conformara con migajas,
si aceptara que me olvidaras,
si aceptara que me cambiaras,
si yo no fuera yo.
Si me importara menos,
si quisiera menos,
si aceptara menos...
Pero yo soy yo,
y no acepto esas migajas,
porque o me das todo
o mejor no me des nada.
Pero yo soy yo,
y si tú me olvidas,
yo continúo con mi vida,
y con la frente erguida.
Pero yo soy yo,
y si tú me cambias,
es que no entiendes nada,
y es esa tu desgracia.
Pero yo soy yo,
y no pienso menos,
y no siento menos,
y no sé menos,
y no valgo menos.
Pero yo soy yo,
y si tengo que explicarlo,
y si tengo que enunciarlo,
entonces me importa cada vez menos
te siento cada vez menos,
y defiintivamente te digo
que entiendas que yo
no estoy dispuesta a aceptar menos
de lo que por ser quien soy,
creo que merezco...

lunes, 2 de enero de 2012

A veces...



A veces el pasado duele.
A veces duele el presente.
A veces todo duele,
como si el tiempo fuera ácido
sobre piel a carne viva.
Las palabras, el silencio,
los actos y omisiones,
los acuerdos tácitos
que abren las puertas
a la incertidumbre,
razgan la carne
en la soledad de la noche,
y entonces sólo quedo yo:
desnuda, frágil,
muerta y viva...
Con mis miedos,
con mis cargas,
con mis penas,
con estas palabras
que sólo sirven
para desnudar aun más mi alma.
¿Cómo protegerme
del ataque de mí misma,
del dolor que cala hondo
desde las mismas entrañas?
¿Cómo detener las culpas,
las ilusiones, los sueños
que se convierten en pesadillas?
¿Cómo cerrar las puertas,
las ventanas y quedarme sola
si necesito el abrazo amigo,
ese que me rehuye,
ese que me hace más daño?
Porque a veces el pasado duele,
y a veces duele el presente,
y a veces...
a veces todo duele...