sábado, 28 de julio de 2007

Cobarde


Después de tantos golpes recibidos...
¿Cómo pude volver a soñar?
Aún sintiendo tus cuchilladas,
aún percibiendo tu cobardía.

Debí saber que no podrías
enfrentar nada, jamás.
¡Cuándo recuerdo que pensé
que ya eras diferente!

¡Pobre tonta soy! ¡Ilusa!
Tú no cambiarás nunca;
Ni aunque quisieras podrías,
ni aunque lo desearas de corazón.

Cobarde naciste,
cobarde eres aún,
cobarde seguirás,
cobarde morirás.

Tienes miedo de la luz,
de la oscuridad y el amor...
Sobretodo del amor,
tanto del mío, como del tuyo.

Y huirás de él, porque
es lo único que sabes hacer,
por lo menos que haces bien
(aparte de tener miedo, por supuesto).

Me duele tanto tu cobardía,
como me duele amarte tanto,
quizás no tanto como lo último,
porque aún así te seguiré amando.

Está bien, lo confieso:
yo también tengo mucho miedo...
pero sólo de amarte tanto,
tanto, tanto como te amo.

Yo no huiré de ti,
aunque tu lo harás de mí;
pero no forzaré las cosas,
sólo te esperaré aquí.

Esperaré que entres
(ojalá) en razón.
Que reconozcas amarme,
tal como te amo yo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amiga...
tu cada vez escribes mejor...
me encanta...
Fuertes declaraciones...

Fue encantador verte ayer...

siempre es encantador verte...

te adoro!