lunes, 16 de julio de 2007
Tormenta roja
Hace mucho tiempo
que no sentía la lluvia en mi interior.
Hace mucho tiempo
que no sentía las nubes en mi garganta.
No recordaba, hasta hoy,
la tormenta agitándose con fuerza.
No recordaba, tampoco,
la necesidad del vacío, de la Nada...
Dicen que después de la tormenta
viene la calma.
El problema es que la primera
ya dura demasiado.
Es cierto que me agrada la tormenta.
La tormenta roja...muy roja.
Soy afortunada por tenerla.
Está viva... es vida.
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