Alguien me dijo, ayer,
que tú y yo somos iguales;
quizás tenga razón,
quizás exageró.
Yo ya había visto
algunos sentimientos
que teníamos en común,
los dolores y sufrimientos.
Quizás sea por eso
que me enamoré
de esta manera,
y que solo pienso en ti.
Quizás sea porque
al fin encontré
a mi alma gemela;
a alguien que me entienda.
Sé que estás sufriendo,
y que no quieres amarme,
ni enamorarte de nadie.
Yo sólo quiero consolarte.
Si me dejas, tú,
secaré tus lágrimas,
uniendo las tuyas a las mías,
y agregando mi dolor.
Yo jamás podría
hacerte daño o herirte;
¿Cómo podría traicionarte,
si me estaría traicionando yo?
Tomaré tu cruz,
y la llevaremos juntos.
Limpiaré tus heridas,
y tú limpiarás las mías.
Si somos iguales,
quizás tú me ames,
igual como te amo yo.
Si somos iguales...
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