lunes, 8 de octubre de 2007

Quiero la certeza


¿Habrá llegado, al fin?
El ser para el cual nací
y que nació para mí.
¿Acaso lo encontré?
No lo puedo creer,
después de tantos desengaños,
desilusión tras desilusión...
Ni un gran amor logró
despertar a la Bella Durmiente
que con un sueño encantado
duerme en mi corazón
a la espera -¡la eterna espera!-
del primer beso de amor.
Le temo a la esperanza,
a sentir otro dolor,
a creer una corazonada
que nunca tiene razón.
Odio la palabra quizás,
porque la he dicho tantas veces ya:
“quizás sí”, “quizás no”, ¡quizás, quizás!...
Quiero una certeza,
no sólo de su amor,
quiero una certeza
de que mío será
pronto, pronto, un corazón.
Hace tanto tiempo
que no me sentía tan feliz,
que no me sentía tan viva,
tan protagonista, tan real
¡Dios mío, ayúdame!
Permíteme probar,
un momento aunque sea,
la completa felicidad

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