domingo, 23 de septiembre de 2007

Centinela


¡Oh, mi fiel centinela!
Quedaos alerta, os lo ruego,
otead con atención el horizonte,
pues ya llega, pues ya viene,
mi jinete del caballo blanco.

¡No os durmáis, centinela!
Dios ha hablado,
Él lo ha dicho,
que ya llega, que ya viene,
mi jinete del caballo blanco.

Si lo veis, centinela,
no deis la voz de alarma;
mandadme un mensajero
diciendo: “¡Ya llegó, ya vino,
vuestro jinete del caballo blanco!

¡Mirad bien, centinela!
¿No lo veis venir?
¿No sentís que llega?
¡Él ya llega, él ya viene!
Mi jinete del caballo blanco...

¿Que cómo es, centinela?
Dios dijo que era hermoso,
deslumbrante como un ángel,
y yo seré la deslumbrante novia
de mi jinete del caballo blanco.

Cuando él llegue, centinela,
confío en que vos sabréis que él es,
el hombre que he esperado,
que amaré y me amará.
Mi jinete del caballo blanco...

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