jueves, 27 de septiembre de 2007

¡Quiero luz!


Hoy caí en la cuenta
de cuánto tiempo
que vivo sin vivir.
Son años desperdiciados
en una vida sin sentido,
sin sentido por no tener amor.
Tantos años soñando,
deseando, pidiendo,
rogando, perdiendo...
¡Cuánto tiempo llevo
sin sentir un latido
de mi solitario corazón!
Siento que no estoy sola,
es peor que eso:
siento que soy soledad.
Cuando vivía en la oscuridad
añoraba sentir la luz
aunque fuera por un momento...
Por fin, probé esa luz,
y se apagó, se consumió
y me dejó oscura, sola...
¡Quiero retornar a la luz!
Pero quiero ser luz eterna,
no soporto ser sombra...
Se me dio a probar
y luego no se me ha dado más
¡No me torturen! ¡Tened piedad!
Son a la fecha
dos años, cuatro meses
y dieciséis días
que no vivo, que no siento,
que no veo, que no puedo
ser más que sombra entre sombras.
Yace en mi corazón
un tesoro de amor,
sin dueño, ni custodio.
Languidece de ocio,
adolece de años, meses y días
perdidos en el tiempo.
¿Y qué puedo hacer?
No sé cómo llevarlo al exterior,
aunque ese sea mi deseo.
Quizás espera un príncipe digno,
manos amorosas, que lo traten con ternura,
con ternura y con amor.
Y está bien, hay que saber elegir,
no quiero que suceda
lo que acaeció la otra vez.
Y mientras tanto
desperdicio mi vida
en una vida sin amor.

No hay comentarios: