sábado, 1 de septiembre de 2007

Aquí estoy


Aquí estoy, sentada,
esperando que algo pase,
esperando que tu vengas a mí,
imposibilitada de hacer nada,
de buscarte por mi cuenta,
soñando que las posibilidades
se apiaden de mí.
Sólo tengo a mi reflejo
en la ventana, para contar,
para hablarle de mis sueños,
y al sonido de la lluvia
que, en verdad, no es tal.
Estoy viviendo de recuerdos,
de absurdos sueños futuros,
de fantasma de tu sonrisa,
de una esperanza histérica,
a la que me he aferrado
con uñas, dientes y sueños.
He guardado en mi mente
cada palabra que has dicho,
y para no sentirme sola,
las recito, cual si fueran
enseñanzas en mi vida.
¿Sabes? Ahora que lo pienso
siempre te escribo
como si estuvieras aquí,
como si alguna vez
tú fueras a leer
mi obra para ti
(lo cual no harás, jamás,
porque no te gusta la poesía,
grave contradicción en ti,
que eres todo poesía),
pero aunque no lo hagas,
aunque nunca te enteres
de lo que he vivido por ti,
y que vuelco en estas
páginas amigas,
que me entienden
y apoyan, con su mudo silencio,
aunque el secreto quede
guardado, aún si voluntad,
debo decirte, debo escribirte
que te amo, con todo el corazón,
y aún cuando hasta ahora
no me he atrevido, todavía,
a confesártelo, tú le has dado
un nuevo significado a mi vida,
y cada palabra, en este poema
y en cada uno de todos mis poemas,
aun los escritos sin conocerte,
en cada palabra bella,
puedo verte reflejado,
puedes verme suspirando
por ti y por tu amor.

No hay comentarios: